Pasar al contenido principal

Patricia Chavarría, "la cantora campesina" habla del rol de la mujer en la salvaguardia de tradiciones y oficios

Patrimonio Inmaterial y género

Patricia Chavarría, "la cantora campesina" habla del rol de la mujer en la salvaguardia de tradiciones y oficios

Publicado el 03/10/2018
portada
Presentación de la cantora e investigadora, Patricia Chavarría, Premio a la Trayectoria Nacional en Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios 2016, quien ha dedicado su labor a la investigación en el terreno de cultura tradicional, especialmente en las regiones del Maule y Biobío. Estas palabras pertenecen a su intervención durante un Seminario de Patrimonio Cultural y Género, realizado en la ciudad de Concepción.

"... la mujer ha jugado y juega un papel  protagónico que la transforma en el pilar fundamental en la mantención de los saberes más importantes de la comunidad. Es la heredera, mantenedora y transmisora de una serie de oficios que conjuga con su rol de dueña de casa, madre, cuidadora de su huerta, sus gallinas, chanchos, entre otros". 

 

 

portada

 

En primer lugar quiero invitarlos a ubicarnos en el contexto de la cultura de las comunidades rurales, especialmente en los aspectos que son parte de la tradición y que se han ido heredando en forma empírica, para entender el rol y el sentido del oficio de cantora campesina.  Al referirnos a este contexto  contexto cultural  estamos hablando de una particular forma de entender, asumir, expresar el mundo que rodea a sus habitantes.  Esta es otra cultura, ni superior ni inferior sino distinta, con códigos, símbolos  diferentes a la cultura citadina.

Se vive un mundo donde todo está conectado, la tierra con lo celestial, con la naturaleza, seres vivos. Todos son parte de una creación única que es armónica en donde no hay superioridades. Este concepto se traduce entonces  en el encuentro permanente de la comunidad con este mundo vivo, cambiante, mágico.

He tenido la experiencia por ej. de ver como un buey paga una manda, como determinados puntos del camino están llenos de magia, vivos,  o como una dueña de casa campesina conversa con las flores, las plantas, las aves para mantenerlas bonitas y a la vez ella nutrirse de ellas.

Por otra parte la naturaleza le entrega señales al campesino para su trabajo agrícola: dónde y cuando sembrar. La luna, las aves, las lombrices, entre otras señales van dando aquellos indicios necesarios para realizar una buena siembra. Hay fechas claves en el calendario agrícola que nos señalan la conexión con lo trascendente: Sembrar el trigo después de la cruz de mayo, no trillar el día de San Sebastián pues significa exponer la cosecha a algún contratiempo. San Sebastián es muy cobrador! nos dicen.  En cada uno de estas prácticas que hemos vivido es importante destacar el profundo respeto y amor por cada una de ellas. La afectividad es lo que sustenta este encuentro.

imagen

Otro aspecto destacable en la práctica de vida en esta cosmovisión por parte de las familias campesinas es como se proyecta en un encuentro con los otros, con su comunidad. El sentido solidario y colectivo se manifiesta permanentemente. Los mingacos, práctica vigente en nuestros días, son un ejemplo de esto. Un trabajo colectivo que tiene como objetivo ayudar a alguien que lo necesita. Trillas, vendimias, confección de adobes, etc. Para el terremoto del año 2010 pudimos constatar como solidaria y afectivamente las familias afectadas recibieron la ayuda de vecinos. Demolición de casas y galpones, limpieza de terrenos, traslado de maderas y troncos, construcción de casas, son algunos ejemplos de esto.

En este contexto la mujer ha jugado y juega un papel  protagónico que la transforma en el pilar fundamental en la mantención de los saberes más importantes de la comunidad. Es la heredera, mantenedora y transmisora de una serie de oficios que conjuga con su rol de dueña de casa, madre, cuidadora de su huerta, sus gallinas, chanchos, entre otros. Muchas veces ayuda en las tareas de la tierra, y a otras mujeres en la atención de las personas asistentes a algún mingaco.  A esto podemos  agregar otros oficios que asume, como un don con el que se nace y que debe poner al servicio de su comunidad, por el cual no pretende recibir un pago en dinero.

Revisemos algunos de ellos:   Santigüadoras  que van en ayuda de aquellos niños, animales o plantas que han sido “ojeados” Para ello han heredado de sus mayores una especial oración que les ayudará a realizar el rito de sanación junto con algún elemento como ají seco, azúcar, o yerba, una vela, o simplemente con la mano. Muchos han sido los resultados que hemos visto de este rito de sanación con increíbles resultados.

Las Parteras que a pesar que ya casi no practican su oficio por las facilidades que tienen las mujeres de ir a un hospital a tener su hijo. Han mantenido una sabiduría no sólo para ayudar a nacer a la criatura sino también a “acomodar” a la guagua cuando está atravesada, a botar la placenta, o saber exactamente qué hacer cuando hay complicaciones. Quebradoras de empacho, hierbateras, rezadoras, y muchos otros entre los que se destaca el de cantora.

Este ha sido uno de los oficios más emblemáticos dentro de la cultura campesina.  La música se recibe no sólo con mucha alegría sino se considera como un regalo celestial. La música es vida, unifica, alegra.

Este es uno de los oficios de la mujer campesina que más nos ha impresionado durante los años de investigación de campo. Recibe un vasto repertorio aprendido de sus mayores sólo escuchando una o dos veces cada tema y lo guarda  sin escribirlo. Cómo? Lo guarda en su memoria. Ella conserva la memoria, la experiencia de sus antepasados en forma poética y musical. Y ese repertorio aprendido lo adopta y lo adapta a su época, de manera que se transforma en un vehículo que conecta, que dialoga con el pasado y el presente.

La cantora campesina además elige su repertorio no sólo por un gusto personal sino lo elige para satisfacer las necesidades estéticas de su comunidad pues canta en los acontecimientos más importantes que son colectivos: ramadas, trillas, casamientos, etc. A través de estas mujeres podemos conocer la historia de una localidad sólo conociendo a fondo su oficio.

Su gran compañera, su guitarra es tratada con el amor que le profesa, se bautiza y se le pone nombre para que no se ojee, se envuelve y se acuesta en la cama de su dueña o se cuelga en su pieza. Y si su dueña está de duelo hemos podido verla envuelta en un paño negro. Al igual que los caminos, las flores, la luna y las aves la guitarra tiene vida.

Mucho podríamos contar de esta cantora que además toca su guitarra por distintas afinaciones, algunas de ellas llegadas desde Europa en los inicios de nuestra colonización.

Quisiera, a través de algunos versos de tradición oral que cantan estas extraordinarias mujeres y que nos permiten conocer aquello que ha quedado en el sentir de su comunidad y conocer l idiosincrasia de nuestro  mundo campesino.

  • Versos por historia: acontecimientos que han impactado . recordemos la santa memoria/ del patriota que gloria nos dio/ recordemos la causa sagrada/ por la cual Balmaceda murió.

Viva el 18 sept/ de 1810/ declaran la independencia/ todo Santiago de pie.

  • Por naturaleza: yo tuve 2 mariposas/ las cuidaba con amor/ y en mi florido jardín/ volaban de flor en flor.
  • Pícardía basada en la realidad:  Quisiera ser alcaldesa/ pa’rreglarme los bigotes/ tener un abrigo ‘e piel/ y también un buen smokin. Quisiera un secetario/ de 15 a 20/ para que me arregle/ los expedientes.
  • Protesta:  que suerte tan temeraria/ ya estoy por irme de aquí/ si es porque me ven risueña/ todo el mundo habla de mí.    Tanto que hablan de mí/ que estoy por volverme loca/ cuando están en esa gracia/ no torcérseles la boca.
  • Amor asociado a la naturaleza: Ay de mi que me han quitado/ una rosa siendo mía/ la hye visto en otro poder/ marchita y descolorida.

Pero también los versos les hablan a la muerte, a los recién casados, versos carcelarios, a la madre, de saludo y despedida. Entre muchas otras temáticas.

El mundo campesino ha cambiado a través de los años, especialmente en esta época donde las forestales han arrasado con los cultivos, donde los jóvenes ya no quieren quedarse en su tierra pues no tienen ninguna posibilidad y apoyo para desarrollar su vida. Sin embargo hay una gran riqueza humana que está viva, siguen vivas muchas prácticas con un claro sentido colectivo, solidario. Las cantoras campesinas están allí, muy arrinconadas, invisibilizadas, pero allí están.

La cultura actual que niega la diversidad , desdibuja el perfil propio de cada comunidad pequeña. Pero la resistencia a perder su propia personalidad está viva y las cantoras campesinas son unas de las principales defensoras de ello.