CNCA Metropolitana se une al pesar de la comunidad de Chinchineros y Organilleros por fallecimiento de "el Pepa"
El oficio festivo del chinchinero inició en son de duelo este nuevo año. En la noche del primer día de 2018 murió Patricio Toledo, uno de los más destacados cultores del chinchín, el tradicional instrumentos de bombo y platillo, y padre de una familia de jóvenes exponentes de ese oficio.
Más conocido como Pepa, Patricio Toledo es el chinchinero que fue visto por millones de televidentes cuando acompañó al músico Joe Vasconcellos en el Festival de Viña de 1992, y fue hijo y padre de chinchineros: aprendió la disciplina de su progenitor, Luis Toledo Salvatierra, y la legó a sus hijos María José, Luis y Felipe Toledo.
El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes lamenta y se une al pesar de la comunidad regional ante el deceso del eximio en la percusión chinchinera Patricio Toledo, acontecido el lunes 1 de enero, cuyo funeral se realizó ayer 3 de enero en el Cementerio General. Ofrecemos nuestras condolencias a las Familias Toledo Riquelme y Saavedra Toledo.
Reseña de "el Pepa"
Nacido en Santiago en la población Bonilla, Patricio Toledo, apodado por su hermano Jorge como “el Pepa” por su pequeña estatura en su adolescencia, fue registrando la danza del chinchín a la edad de 4 años en el cerro Barón de Valparaíso, imitando los movimientos en el juego con su primer maestro, Carlos Manuel Aravena Aguilar, en ese entonces de tan sólo 5 años. De una olla de aluminio y dos ceniceros de bronce como platillos fue su primer bombo construido por su padre, de esas experiencias “el Pepa” de forma autodidacta más adelante aprendería la construcción artesanal en madera de estos instrumentos. Por medio de su cuñado Miguel Sepúlveda y posteriormente Sergio Casanova (“el loco Sergio”) ambos chinchineros, Patricio se convertiría en un eximio y particular percusionista con muchas habilidades en el baile. Desde temprana edad vinculado al mundo de la percusión y la cumbia, como es propio de las nuevas generaciones, no tardó en llevar esos ritmos a la percusión del chinchín, lo mismo haría con su invención rítmica de la “onda disco” una especie de “drum & bass” con rock.
A demás de la maestría con que Patricio a lo largo de su carrera ha tocado y bailado con el chinchín destacando entre sus colegas como uno de los virtuosos chinchineros, éste en la historia del gremio y en particular de la tradición ha jugado un papel muy importante para la mantención y resistencia del oficio ante los embates de la modernidad, que tiende a marginarlo. Patricio por medio de su carisma y sensibilidad ha sido un puente entre la tradición y las generaciones ajenas a ésta que sienten interés por este patrimonio intangible, posibilidad que ha permitido que este oficio hoy sea reconocido como un icono de identidad en la sociedad chilena, llegando y dándose a conocer en espacios de los cuales estuvo marginado y aislado. Algunos de los hitos importantes en este sentido son la participaciones de Patricio en los conciertos con Joe Vasconcelos a fines de los 90’ como también el vínculo con la Escuela Carnavalera Chinchintirapie desde el año 2007, la Agrupación Familia Bombo Trío y actualmente la participación de éste con su hijo Luis Toledo Peralta (“el Chipilin”) en la compañía francesa de teatro ecuestre Zíngaro en la obra “Calacas” en París. Desde el año 2011
Uno de los grandes sueños de este cultor eximio en la percusión chinchinera, junto a su mujer Lorena Peralta Briceño con quien se conocieron en la juventud y formaron su familia, fue poder adquirir un organillo para llevar la tradición de este oficio tal como la llevaba su padre (fallecido el año 2012), lo cual consigue el año 2013. Con sus hijos María José, Luis y Felipe Toledo continúa la historia de esta tradición familiar, estos dos últimos, chinchineros a temprana edad, herederos de la danza, el desplazamiento y la picardía de ésta artista callejero, portadores de los ritmos, toques y la “cachaña” de la percusión de Patricio Toledo, hoy, como es propio de la juventud, vinculando las influencias de su tiempo en el chinchín y desde la tradición.
Patricio Toledo, “el Pepa” presenta junto a su familia un espectáculo único, un deleite para el asombro, en ellos, la sofisticación de la danza y la percusión que desde la tradición conjuga a la modernidad de la que es parte, en un dialogo constante y rebelde, propio de estos personajes de espíritu libertario y festivo.
Fotografía: Patrimonio Sonoro.
Fuente: https://www.patrimoniosonoro.cl/familia-toledo-peralta.php