Jefa de Estado participa en lanzamiento de libros patrimoniales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes
Los textos reúnen propuestas surgidas de coloquios y congresos relativos al patrimonio cultural y alimentario del país, llevados a cabo en distintas ciudades de Chile durante el 2016.
La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, acompañada por el ministro de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Ernesto Ottone, llegó esta tarde hasta la Universidad de Talca para asistir al lanzamiento de los libros patrimoniales “Tramas de la diversidad. Reflexiones, debates y propuestas en torno al patrimonio en Chile” y “Cocinas, alimentos y símbolos. Estado del arte del patrimonio culinario en Chile”, publicaciones del Departamento de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), editadas por Sonia Montecino, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.
La máxima autoridad del país agradeció al equipo editorial y a todos quienes participaron en los encuentros que dieron origen a estos libros “porque ellos serán claves para establecer una hoja de ruta fecunda y productiva en esta área”.
Igualmente, valoró “cómo se ido transformando, en un lapso más bien corto, la idea que teníamos de patrimonio. Ha sido un proceso lento, a veces subterráneo, pero que a mi juicio ha florecido muy especialmente en estos cuatro años, y eso me llena de orgullo. Porque hemos avanzado en la comprensión de que el patrimonio no es únicamente eso que se conserva y se investiga en museos y bibliotecas. No se trata sólo de edificios, monumentos, recuerdos cristalizados de un pasado más o menos glorioso”.
“Tramas de la diversidad. Reflexiones, debates y propuestas en torno al patrimonio en Chile” reúne propuestas surgidas de los doce Coloquios Regionales de Patrimonio Cultural que se llevaron a cabo bajo el título “El patrimonio, ¿bien común o bien de mercado?”, que a su vez culminaron en un Plenario Nacional a comienzos de este año. De esos encuentros y debates nacieron planteamientos como el de establecer un nuevo marco legal para el patrimonio.
En “Cocinas, alimentos y símbolos. Estado del arte del patrimonio culinario en Chile”, encontramos la sistematización de las reflexiones y conceptualizaciones del Primer Congreso Multidisciplinar de Patrimonio Alimentario y de los cuatro Encuentros Regionales de Patrimonio Culinario llevados a cabo en Santiago, Arica, Valparaíso, Chillán y Punta Arenas, donde cultores, productores, pescadores, recolectores, investigadores, docentes y funcionarios públicos, abordan las coyunturas y conflictos en torno a lo culinario.
“Hoy, la comida, pero no sólo la comida, también la manera de enfrentarla, de vivirla, así como los saberes, los oficios, las tradiciones que se trasmiten -y cambian en ese proceso, porque nada humano es inmutable- son parte de lo que entendemos por patrimonio. Lo material y lo inmaterial, lo tangible y lo intangible, se entrelazan para construir una trama cada vez más rica y cada vez más amplia”, explicó la Mandataria.
Y agregó que “ese entramado del patrimonio material e inmaterial está hecho también del trabajo que se hace para comprenderlo, conservarlo, difundirlo. Un trabajo esencialmente colectivo, como nos muestran estas dos publicaciones, nacidas ambas de profundos ejercicios de diálogo y reflexión llevados a cabo en todo Chile durante 2016 y 2017”.
Finalmente, la Presidenta de la República expresó que “es motivo de mucho orgullo el protagonismo que ha ido alcanzando la cocina como un aspecto muy relevante de nuestro patrimonio e identidad. Me honra haber creado en 2009 el Día de la Cocina Chilena, y que cada 15 de abril los chefs, pero también los ciudadanos, se sientan convocados a compartir y gozar de nuestras recetas. Y me honra también que contemos, desde 2016, con un Día del Vino Chileno -el 4 de septiembre, como saben bien aquí en Maule. A ello debemos sumar los concursos de cocina patrimonial del Consejo de la Cultura, hoy ministerio, así como la creación de un área de Gastronomía al interior de la institucionalidad cultural del Estado. Todo ello es testimonio de que entendemos muy bien el carácter multidimensional del patrimonio, y su incidencia en la construcción de la identidad chilena, hecha de tantos retazos, mezclas y mestizajes”.
Discurso:
S.E. la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, asiste al lanzamiento de los libros patrimoniales “Tramas de la diversidad. Reflexiones, debates y propuestas en torno al patrimonio en Chile” y “Cocinas, alimentos y símbolos. Estado del arte del patrimonio culinario en Chile”, publicaciones del Departamento de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), editadas por Sonia Montecino, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales.
Amigas y amigos:
Quiero, primero que nada, agradecer la invitación a participar en la presentación de dos importantes libros publicados por el Consejo de la Cultura, hoy flamante Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Y ya los especialistas probablemente se van a referir con más detalle, con todos sus méritos y sus gracias.
Yo quisiera decir, desde ya, que además de ser documentos muy valiosos, son también hermosos objetos; y los que amamos los libros siempre valoramos eso, aunque hoy la lectura se pueda dar en diversos formatos y plataformas.
Quiero agradecer también las palabras del doctor Álvaro Rojas, rector de la Universidad de Talca, y a través suyo el enorme trabajo que hace esta institución en el ámbito del patrimonio material e inmaterial.
Y me alegra constatar cómo se ha ido transformando, en un lapso más bien corto, la idea que teníamos de patrimonio. Ha sido un proceso lento, a veces subterráneo, pero a mi juicio ha florecido muy especialmente en estos cuatro años, y eso me llena de orgullo.
Porque hemos avanzado en la comprensión de que el patrimonio no es únicamente eso que se conserva y se investiga en los museos y bibliotecas. No se trata sólo de edificios, monumentos, recuerdos cristalizados de un pasado más o menos glorioso.
No. La pregunta por el patrimonio encuentra, felizmente, una respuesta cada vez más inclusiva.
Hoy, la comida, pero no sólo la comida también la manera de enfrentarla, de vivirla, así como los saberes, los oficios, las tradiciones que se trasmiten -y cambian en ese proceso, porque nada humano es inmutable- son parte de lo que entendemos por patrimonio. Lo material y lo inmaterial, lo tangible y lo intangible, se entrelazan para construir una trama cada vez más rica y cada vez más amplia.
Y ese entramado del patrimonio material e inmaterial está hecho también del trabajo que se hace para comprenderlo, conservarlo y difundirlo. Un trabajo esencialmente colectivo, como nos muestran estas dos publicaciones que -tal como nos decía el rector- han sido nacidas ambas de profundos ejercicios de diálogo y reflexión llevados en todo Chile durante el 2016 y 2017.
“Tramas de la diversidad. Reflexiones, debates y propuestas en torno al patrimonio en Chile”, reúne propuestas surgidas de los doce Coloquios Regionales de Patrimonio Cultural que se llevaron a cabo bajo el título “El patrimonio, ¿bien común o bien de mercado?” -como nos decía el rector-, y que a su vez culminaron en un Plenario Nacional a comienzos de este año.
Y de esos encuentros y de esos debates nacieron propuestas tan acotadas como la de establecer un marco legal para el patrimonio, desafío que estoy segura sabrá recoger el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que ahora integra, bajo una sola institucionalidad de estatus ministerial, las áreas de creación y resguardo de nuestro acervo, tan largamente anheladas.
En “Cocinas, alimentos y símbolos. Estado del arte del patrimonio culinario en Chile”, encontramos la sistematización de las reflexiones y conceptualizaciones del Primer Congreso Multidisciplinar de Patrimonio Alimentario y de los cuatro Encuentros Regionales de Patrimonio Culinario llevados a cabo en Santiago, Arica, Valparaíso, Chillán y Punta Arenas. Aquí, las voces de los cultores y cultoras, de los productores, los pescadores y recolectores, de investigadores e investigadoras, de docentes y funcionarios públicos, nos interpelan con sus particularidades, pero también con las semejanzas de sus coyunturas y conflictos en torno a lo culinario.
Y déjenme decirles que para esta Presidenta de la República es motivo de mucho orgullo el protagonismo que ha ido alcanzando la cocina como un aspecto tan relevante de nuestro patrimonio y de nuestra identidad. Porque a mí me honra haber creado en el 2009 el Día de la Cocina Chilena, y que cada 15 de abril los chefs, pero también los ciudadanos, se sientan convocados a compartir y gozar de nuestras recetas.
Y me honra también que contemos, desde el año 2016, con el Día del Vino Chileno, el 4 de septiembre, como saben muy bien aquí en Maule. No es que ustedes sean buenos para tomar, sino que ustedes son buenos para producir vino, de lo otro no me pronuncio yo francamente. Y a ello debemos sumar los concursos de cocina patrimonial del Consejo de la Cultura, hoy Ministerio, así como la creación de un área de Gastronomía al interior de la institucionalidad cultural del Estado. Y, de hecho, con Álvaro Rojas creamos en el Gobierno anterior, con la Universidad de Borgoña, el acuerdo sobre formación e intercambio vitivinícola. Y, por lo tanto, para mi es muy importante esta área.
Todo esto es testimonio de que entendemos muy bien el carácter multidimensional del patrimonio, y su incidencia en la construcción de la identidad chilena, hecha de tantos retazos, mezclas y mestizajes.
Porque en cada canto, en cada verso, en cada madera labrada, en cada greda modelada, en cada iglesia de madera chilota o en cada calle de nuestros barrios patrimoniales, asoman una mezcla de memoria y futuro, de pasado y de presente, ahí están las vivencias cotidianas y saberes colectivos que hacen del patrimonio una herramienta privilegiada para conocer y conocernos.
Por eso quiero agradecer una vez más el trabajo del Departamento de Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, y agradecer especialmente a Sonia Montecino -como ustedes saben- Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, así como al equipo editorial y a todos quienes participaron en los encuentros que dieron origen a estos libros, porque estoy segura que ellos van a ser claves para establecer una hoja de ruta fecunda y productiva en esta área.
Agradezco las palabras del rector de la Universidad de Talca en términos de algo que ha sido una decisión muy clara de mi parte, cual es el fortalecer la educación pública desde las salas cunas y jardines infantiles. Acabamos de inaugurar uno en Talca, “Acuarela”, hace poco inauguramos otro aquí para la Universidad, pero son miles las salas cunas y los jardines que hemos abierto para que los niños, desde los más pequeñitos puedan desarrollar todas sus capacidades y talentos, y de esa manera también luchar contra la desigualdad. Pero también fortalecer la educación pública, generar mejores condiciones para nuestros docentes con mejores salarios, con más horas no lectivas, entre otras cosas, y apoyar su desempeño.
Y también, por cierto, lo que va a ser la gratuidad en la educación superior, que hemos aprobado que, a partir del Presupuesto de la Nación, que el 60% en promedio -porque esta región tiene más que el 60%- en Chile pueda tener gratuidad. Y yo creo que para todas las familias ésa es una maravillosa noticia, tal como nos decía, con tan buenos ejemplos, el rector.
Y así vamos a seguir tramitando en el Parlamento los otros proyectos de ley vinculados a educación, así como todos los otros proyectos, porque en definitiva vamos a seguir trabajando por todos ustedes hasta el último día de gobierno.
Muchas gracias.
Fuente: Prensa Presidencia