El latido de la piedra
En junio reciente, La Habana, Cuba fue sede del Diplomado Internacional “Medios para comunicar el patrimonio”. Participaron comunicadores de varios países latinoamericanos, entre ellos, el destacado periodista y escritor cubano Reinaldo Cedeño, quien tuvo a cargo la clausura del encuentro académico. Una vez terminado el diplomado, el premiado poeta isleño escribió la siguiente crónica que Portal Patrimonio publica con consentimiento expreso de su autor.
"...la labor de los que comunicamos el patrimonio: ayudar a identificarlo, aquilatarlo, hacerlo savia y carne de la gente, y estremecer cuando es preciso".
Escrito por: Reinaldo Cedeño (Cuba)*/ Fotos: Wilber Huacasi (Perú)
Alguien nos dio un papel y nos pidió que trazáramos en él la silueta de nuestras manos. Luego, la extraña orden de que la pusiéramos a la espalda. Sin fijarnos, debíamos llevar al papel las marcas de esa mano. Nadie pudo. Tantas veces, lo que tenemos delante nos resulta tan común, que ya no lo vemos. Nos parece que acaso es el orden natural de las cosas, que estarán de una vez y por siempre; pero nos equivocamos.
Nada estará si no lo preservamos. Nada se preservará si no lo conocemos. Lo que no conocemos no podremos quererlo. Y esa es la labor de los que comunicamos el patrimonio: ayudar a identificarlo, aquilatarlo, hacerlo savia y carne de la gente, y estremecer cuando es preciso. Y en ese sentido ninguna convención nacional o internacional puede prescindir de la participación. Comunicar es tocar.
Cuando hablamos de patrimonio se nos aparecen enseguida la arquitectura y los monumentos. Las piedras guardan la memoria de una época, es cierto; pero patrimonio es más. Lo que permanece debajo de nuestro suelo y nuestras aguas. Los paisajes. La obra creativa. Las tradiciones. Los sabores y los saberes. Lo que no puede asirse (patrimonio intangible), pero sin lo cual no seríamos. Bórrelos mentalmente… y se estará borrando usted mismo.
Hablo de la huella que nos dejó la recién concluida sexta edición del Diplomado Internacional “Medios para comunicar el patrimonio”, convocado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, la Dirección de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la UNESCO y la Unión de Periodistas de Cuba; sin dejar atrás, por supuesto, el apoyo de Habana Radio y de especialistas de excelencia.
A veces, bastaba un clic para ilustrar el esfuerzo. Y emergía ya recuperado el entorno de lugares emblemático como la Plaza Vieja en La Habana. El contraste entre lo que se perdía y lo que la voluntad hizo renacer, siempre impresiona. Afloró la certeza de que las ciudades no son para contemplarlas, sino para vivirlas. En el aula del rehabilitado Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, registré los asombros.
"... patrimonio es más. Lo que permanece debajo de nuestro suelo y nuestras aguas. Los paisajes. La obra creativa. Las tradiciones. Los sabores y los saberes. Lo que no puede asirse (patrimonio intangible)..."
¿Qué reverencias caben, por ejemplo, a quienes cuidaron el microscopio de Carlos J. Finlay, o la tribuna donde el sabio cubano anunció el 14 de agosto de 1881, el descubrimiento del mosquito como agente transmisor de la fiebre amarilla? Fue ese un aporte universal
Sueñen, ordenaron a los diplomantes y todos acataron. Los “sueñeros” se lanzaron a fondo en los trabajos finales. Intento resumir, asomar…
Euda, la guatemalteca, llegó con la preparación del pinol como tesoro de su patria de maíz. Javier y Wilber, alzándose sobre el patrimonio milenario del Perú. Mónica y Carla, con sus estrategias en la educación ecuatoriana. Jacqueline y toda su energía en la universidad de Guayaquil. Ricardo, explicando la labor de las bibliotecas y las experiencias locales en Coquimbo, región natal de Gabriela Mistral. Y Rocío, desde Campeche, otra mirada a la televisión y hasta el regalazo de una canción maya…
Que no falte en la síntesis el aporte de los cubanos: Maite, la de La Casa de las Tejas Verdes, institución que defiende el aporte del patrimonio moderno, el diseño y el urbanismo, a veces tan relegados. Rosali y la infatigable Radio Reloj, emisora que da noticas e información las 24 horas. Jesús y Randy, los chicos de la corporación turística Habaguanex. Aliosca, enamorándonos de Trinidad y su valle de los ingenios, declarados Patrimonio de la Humanidad. Flor de Paz, una senda de amor para organizar la obra de su padre, el escultor José Delarra…
René Castaño y su mirada urgente a los Jardines de la Tropical. Orlando y su apuesta por los radiodocumentales para atrapar historias de la localidad de Colón. Roberto y la Agencia Cubana de Noticias, desde la Matanzas de los puentes y la lira. Lizet Fundora, el patrimonio en la pantalla chica. Yanais, Liuba, Yankiel y la heredad patrimonial en las ciudades de Camagüey, Bayamo, Santa Clara. Quien escribe, con toda la historia de Santiago de Cuba, a cuestas. Fue así de diverso, de fértil. Fue más.
Ando escribiendo estas líneas para agradecer, para apretar lo aprendido. Para compartir el extraño sortilegio que convirtió a los desconocidos en cómplices de la virtud, como pedía Martí. En los abrazos fundidos y los abrazos virtuales, América se apretó en un haz. La despedida, como diría Vallejo, fue “trilce”: triste y dulce a la vez.
Casi al final, sobrevino el encuentro con el artífice de la utopía. La salud anda quebrada y dijo poco el historiador de La Habana, pero bastó su mirada. Una pasión inflama a otra. Tomo de las redes sociales lo que apunta el colombiano José Perilla, otro de los participantes: “Nunca nadie supo cómo. No habría certeza posible. Simplemente, una tarde con el sol crucificado en la mitad de la plaza, Eusebio Leal apareció. Como la fe”.
Lleva razón. Sin fe no hay trigo que se troque en pan, ni lo hay sin sudores. En las manos están las huellas y está el poder. Todos somos patrimonio, todos los portamos y vivimos en él. Patrimonio no son las piedras, son sus latidos.
*Acerca del autor:
Reinaldo Cedeño Pineda (1968). Periodista, poeta y crítico cubano. Autor de una valiosa obra de perfil cultural. Ha recibido numerosos lauros por su obra periodística y literaria. Lea su Blog.