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Un pueblo nortino que espera el fin del mundo [Estreno Documental]

Un pueblo nortino que espera el fin del mundo [Estreno Documental]

Publicado el 16/06/2016

Desde este 16 de junio, llega a todas las salas del país "El final del día", de Peter McPhee. El documental se centra en un singular oasis del Desierto de Atacama donde sus habitantes esperan que se cumpla la profecía Maya.

El 2012, el director Peter McPhee se instaló en Quillagua, en el Desierto de Atacama, donde sus habitantes esperaban el "fin del mundo" que los Mayas predijeron. Se encontró con un río contaminado por la acción de las empresas mineras, una tierra que no se puede trabajar y una comunidad compuesta casi únicamente por ancianos, ya que los jóvenes emigraron.

Para los habitantes del lugar, toda la situación es señal de que el fin del mundo está cerca. McPhee los muestra en el día del "apocalipsis Maya", cuando la profecía se vuelve real y abundan las reflexiones sobre el cuidado de la madre tierra.

Quillagua es un oasis de la Región de Antofagasta, en Chile. Situado a 280 kilómetros al norte de Antofagasta y a orillas del río Loa, en la comuna de María Elena.

A través de su retrato, McPhee aborda una realidad mayor y preocupante: la de lugares que están muriendo tanto por los cambios de vida como por los daños al ecosistema.

Peter McPhee cuenta que su interés inicial fue "hablar sobre temáticas sociales y relacionadas con el patrimonio cultural chileno, siempre desde una perspectiva íntima y emotiva. No obstante, al pensar este proyecto sentí que debía dar un giro a esa línea de trabajo y buscar una manera de abordar lo social, más desde la reflexión que desde la denuncia".

Un gatillador fue el frenesí mediático ante el supuesto "fin del mundo" que predecían los Mayas para el 21 de diciembre de 2012.

"Era claro para mí que este temas no iba en la línea de lo que usualmente trabajaba, pero comencé a buscarle el sentido. Pensaba que sería interesante ser testigos de este fenómeno social desde un pueblo aislado, que viviera este día como algo especial", revela el director. "Con esta idea vaga tomamos un auto con un grupo de amigos y manejamos hacia el norte. Cerca del kilómetro 1.600 dimos con Quillagua, pueblo que ninguno había visto jamás. Nuestra sorpresa fue inmensa cuando conocimos este oasis verde, en medio del desierto más árido del mundo, que sobrevivía día a día a una tremenda contaminación de sus aguas y tierras. Era un pueblo realmente viviendo el fin del mundo. Esa inquietud inicial se convirtió de improviso en una idea de alto contenido social".

El final del día ha sido aclamado en FIDOCS, American Documentary Film Festival (Palm Springs), SANFIC 2015, FICIQQ, Cinelatino (Toulouse), Rdoc (Santo Domingo) y Trento Film Festival (Trento).

Fuente: El Mostrador/ Conectamedia