Por lo mismo, y en su naturaleza, Renato desde muy temprano sintió el deber de regalar al orbe todo aquello que siempre sintió como un privilegio y obsequio de la vida, que no fue otra cosa que su amado Chiloé. De sus múltiples vocaciones –profesor, investigador local, poeta, lingüista, formador de nuevas generaciones, navegante, carpintero, mariscador, reparador de techos, experto en flora y fauna chilota, realizador audiovisual, músico, chef autodidacta, excelente anfitrión y buen amigo- todas sin excepción se volcaron a la difusión del “Universo Cultural Chilote”, reconocido también por Renato como la “Recta Provincia”.

Es por eso que la prolífica obra dedicada a la significación cultural chilota de Renato tuvo tal impacto que es muy difícil de olvidar en lo que a los trabajos de la memoria social y cultural se refiere: el Taller “Aumen” -devenido en Movimiento Cultural “Aumen” junto a Carlos Trujillo, la “Campaña de Defensa de los Palafitos” y la promoción de la crítica social y cultural en tiempos de dictadura, son solo algunos de los compromisos que lo llevaron a experimentar el relegamiento político, situación que se sumaría a su anterior padecimiento en el Campo de concentración de Pisagua post golpe militar de 1973. Renato entonces, también se convirtió en importante actor de las causas sociales y culturales de Chiloé, a la vez que un acérrimo defensor y difusor de los Derechos Humanos.

Es así, que su vasta obra dada también en la participación fundamental de series documentales como “Al Sur del Mundo” y “Frutos del País”; la publicación de la “Agenda Chiloé y El Libro de los Lugares”, entre otros; pusieron a Renato tanto en el plano de lo público como de la gratitud social: Miembro de la Academia Chilena de la Lengua, Director Académico del Archivo Bibliográfico y Documental de Chiloé, Premio Nacional “Margot Loyola”, Comitente  del Primer Comité Asesor del Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile, fueron solo algunos de los innumerables reconocimientos que recibió en vida.

Hoy partió Renato del mundo terrenal, sin embargo queda su presencia sinigual en nuestra memoria, la cual guardará y difundirá su legado tal como lo hizo él desprendidamente.

Un hasta siempre querido amigo y compañero, Renato Cárdenas.