Cuando la danza le da vida y color a La Pampa
En la Región de Antofagasta, una oficina salitrera ya cerrada recibe cada 15 de agosto, día en que se celebra la fiesta de La Tirana chica a distintas agrupaciones de bailes y cientos de feligreses que se agolpan en la parroquia del pueblo para venerar a la Virgen del Carmen con cantos y danzas. Muchos son orgullosamente pedrinos[1] que vuelven a esta tierra, otros no nacieron allí, pero “adoptaron” esa historia como suya, recreando y manteniendo viva la tradición e identidad de los bailes devocionales datan de la época del salitre y perviven gracias a sus integrantes, quienes han puesto en valor su herencia y cuyo resultado ha sido el reconocimiento por parte del Estado para formar parte del Registro del Patrimonio Cultural Inmaterial.
¡Pedro de Valdivia vive! decía el cartel. Y aunque el cierre definitivo de la oficina salitrera se produjo en 1996, cientos de pedrinos llegaron el pasado 4 de junio al abandonado pueblo en su aniversario. Esta misma figura se reitera cada 15 de agosto, pero además se suman diversas cofradías de bailes que llegan hasta la oficina salitrera para expresar su gratitud y devoción a la Virgen a través de su canto, instrumentos, música, trajes y danzas, en la fiesta conocida como “La Tirana chica” y que condensa en 3 días, los 10 de celebración de La Tirana de Tarapacá.
Los bailes devocionales son una expresión de gratitud de los fieles, razón por la que se desplazan a Pedro de Valdivia aunque ya no esté habitada. “Hay quienes creen que como se cerró la oficina, murió todo, pero no es así. Todavía hay descendencia, tradiciones, ahí están nuestras raíces”, comenta Gladys Garrido, actual secretaria de La Diablada del Salitre, uno de los 12 bailes devocionales que integran la Asociación Oficina Salitrera Pedro de Valdivia, quienes también asisten a la celebración.
En la fiesta de La Tirana chica las 12 cofradías de bailes van desde Antofagasta hasta María Elena y luego hacia la Parroquia de la Santísima Trinidad de Pedro de Valdivia. Esto, ya que la mayor parte de los integrantes viven en Antofagasta, aunque también en Coquimbo e Iquique. La fiesta congrega cerca de 2.000 personas, entre feligreses y bailarines, quienes danzan y saludan a la venerada Virgen del Carmen al interior de la capilla.
Los preparativos comienzan dos a tres días antes con la limpieza, orden y ornato de la parroquia. “Todos estamos unidos en nuestra fe hacia la Virgen del Carmen. Yo nunca he bailado, pero acá en Pedro de Valdivia todo gira en torno a este tipo de actividades religiosas y es así como yo me uní” dice Manuel Segovia, presidente de la Sociedad Religiosa Osada del Carmen y campanillero de la parroquia.
Manuel es orgullosamente “nacido y criado”. “Yo me fui el año ‘96, cuando quedábamos pocas familias, hasta que nos cortaron la luz y el agua… nos estaban echando, no nos queríamos ir. Tenemos nuestras raíces aquí, crecimos con esta identidad pampina”, comenta.
Para el párroco Vladimir Rojas, los bailes religiosos son “manifestaciones de la fe que la Iglesia acoge, ella aprende y se deja acompañar por la fe de la gente”.
El padre ve que pedrinos y pedrinas tienen muchas razones para volver a la pampa. “Llevamos la historia de nuestros padres en la memoria y en la sangre. Por eso no nos podemos desvincular de ella. Es una manera de ser agradecidos con lo que ellos tuvieron que pasar por nosotros, agradecemos lo que hemos vivido y lo que somos. Esta historia está relacionada con los afectos y sentimientos. Hay experiencias vividas, marcadoras… por eso por más que pasan los años, siempre se vuelve al lugar de origen: la tierra”.
RECONOCIMIENTO
Pedrinas y pedrinos están orgullosos de que sus bailes hayan sido reconocidos como expresión en el Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial. “Ahora contamos con un respaldo y apoyo del Estado de Chile. Esto le da fortaleza a quienes siguen adelante con esta tradición”, enfatiza Alejandro Rodríguez sobre el reconocimiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
A través de una Solicitud Ciudadana encabezada por el presidente de la Asociación, este reconocimiento surge como parte de un proceso comunitario entre cultoras y cultores de esta práctica, quienes colaboraron para solicitar que los bailes devocionales fuesen reconocidos como parte del Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial, lo que se trabajó en conjunto con la Dirección Regional de Patrimonio de Antofagasta.
A través de esta herramienta, se reconocen diversas manifestaciones del patrimonio inmaterial a lo largo del país que se encuentran vigentes y vivas y cuyos practicantes consideran parte constitutiva de su identidad, por lo cual desean su reconocimiento y visibilización por parte del Estado como aporte a la salvaguardia que ellos mismos realizan como cultores y cultoras. Además, el Registro puede ser una herramienta de gestión para las comunidades ante otros organismos (públicos, privados o de la sociedad civil), según sus propias necesidades. Gracias a éste, la práctica se difunde y se hace visible.
“Este reconocimiento estatal salvaguarda y valora las actividades culturales que tenemos, las que se enfocan en un desarrollo sostenible de los pueblos y es parte de la cultura pampina donde todos formamos parte por tradición familiar, a través de la fe y devoción”, explica Carolina Rojas, presidenta del Baile Morenos del Carmen de Peralillo, Región de Coquimbo.
HISTORIA
Los bailes devocionales de Pedro de Valdivia nacen en esta oficina salitrera, que fue inaugurada en 1931 y la última en construirse. Ubicada a 160 kilómetros de Antofagasta, en 1965 sus instalaciones pasan a propiedad de Soquimich, produciéndose el cierre definitivo de la oficina en 1996, año en que fue nombrada Monumento Histórico. En sus mejores tiempos llegó a albergar a 14.000 habitantes.
Pieles Rojas es el primer baile devocional que data de 1951. En 1968, diversas danzas se agrupan en la Asociación de Bailes Religiosos Oficina Pedro de Valdivia, unidos en su devoción hacia la Virgen del Carmen de La Tirana. Cada una de las 12 cofradías que conforma la Asociación celebra su propio aniversario con una visita a la oficina salitrera, llevando hasta la pampa los colores de su danza y melodías.
Para ser integrante de un baile religioso hay que seguir una formación católica que consiste en catequesis y eucaristías mensuales, además de compromisos económicos. No es necesario ser pedrino: de hecho, el actual presidente de la Asociación de Bailes Religiosos Alejandro Rodríguez, nació en Antofagasta. “Lo que nos une es la gratitud a la Virgen, somos una gran familia”, dice.
Sin embargo, la devoción que se manifiesta en los bailes pedrinos no pasa por intermediarios. Para los fieles, “los bailes no son arraigados a la jerarquía de la Iglesia. Tenemos nuestra propia identidad. La juventud llega a esta fe incluso cuando está desilusionada de la Iglesia Católica”, explica Carola Véliz, secretaria del Baile Gitano de Pedro de Valdivia.
TRADICIÓN QUE PERDURA
Carola tiene recuerdos de una infancia feliz: vivió hasta los 8 años en la oficina salitrera. “Los que somos pedrinos de nacimiento estamos orgullosos de que nuestro carnet de identidad diga ‘nacido en Pedro de Valdivia’, y que también se reconozcan nuestros bailes a nivel cultural”. La cultora agrega que una de las grandes amenazas que deben enfrentar los bailes devocionales “es que se nos están yendo los fundadores. Nuestro desafío es traspasar esto de generación en generación”.
Las y los integrantes de la Asociación reconocen que otro desafío es el tema económico. “Para producir los trajes, mantener la banda y los instrumentos cada familia tiene que incurrir en muchos gastos, lo que requiere de una gran organización y preparación de diversas actividades a beneficio”, comenta Alejandro Rodríguez.
Bailarina desde los 7 años, Gladys Garrido es orgullosamente pedrina. “Cuando eres chica, las mamás te meten a la fila para que bailes. La fe que le tengo a la Virgen es el motivo por el que sigo bailando. Yo había dejado de bailar porque había sido mamá, pero cuando mi mami falleció, le prometí que iba a volver a bailar por ella. Ahora mis dos hijas bailan también, desde chicas les enseño el amor a su baile”, dice Gladys.
Garrido comenta que pertenecer a un baile devocional es una tradición en su familia, así como en muchas otras que los practican. “Cuando mi hermana mayor entregó su puesto de hada (ángel que baila adelante en la diablada), yo la reemplacé, después vino mi sobrina, luego otra sobrina y ahora está mi hija, y va a entrar otra sobrina cuando cumpla 12 años. Esto va de generación en generación: ser hada es la historia de las Garrido”, comenta Gladys.
Humberta Quiroz tiene 57 años y comenzó en los bailes como “mascota” (en brazos de sus padres). “Lo importante es mantener viva la tradición y transmitirla a los más pequeños para que esto continúe y siga vigente.
Uno de los desafíos es rescatar los conocimientos en la creación de los trajes, danzas, cantos, instrumentos, entre otros”, explica Quiroz, directora del baile devocional los Indios Tobas del Norte.
Durante el año, los bailes religiosos asistían a un promedio de 40 fiestas, debido a la pandemia, ese número bajó a 10. Humberta dice que todavía hay temor, “puesto que hay familiares que han muerto… nos ha costado retomar la normalidad”.
Pedro Fernández, actual caporal de La Osada del Salitre (jefe de bailarines) explica que los bailes religiosos atraen a la juventud, la motiva a seguir creyendo de otra manera. “Captar a los jóvenes y niños conlleva un trabajo de liderazgo y amistad con los que se integran, al final ellos sienten que están en familia y nos cuentan cosas muy íntimas”. El caporal siente que esto es algo así como evangelizar: el rebaño vuelve, pero esta vez lo hace bailando y cantando.
INTEGRANTES DE LA ASOCIACIÓN DE BAILES DEVOCIONALES PEDRO DE VALDIVIA
* Pieles Rojas de Pedro de Valdivia
* Moreno Los Chilenitos de Pedro de Valdivia
* Moreno Los Promesantes del Carmen, Rigoberto Díaz Hurtado
* Gitanos de Pedro de Valdivia
* Diablada del Salitre
* Osada del Carmen
* Osada del Salitre
* Indios Tobas del Norte de La Tirana
* Chunchos de Iquique
* Morenos del Carmen de Peralillo
* Indios Dakotas Hijos de María
* Sambos caporales Jesús Nazareno
[1] Pedrinos: gentilicio de la Oficina Salitrera Pedro de Valdivia
Fotos: Jorge Osorio