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TALLER DE CARPINTERÍA DE RIBERA PARA MUJERES EN PUNTA ARENAS

Buenas Prácticas | Experiencia Educativa en Magallanes

TALLER DE CARPINTERÍA DE RIBERA PARA MUJERES EN PUNTA ARENAS

Publicado el 05/03/2025
Mujeres en taller de Carpintería de Ribera
El reconocido maestro carpintero de ribera y portador de la tradición, Juan Chiguay, lideró un taller dirigido a mujeres vinculadas a la pesca artesanal en Punta Arenas. Con esta buena práctica, iniciamos un ciclo de reseñas que destacan iniciativas y experiencias enfocadas en la educación del patrimonio cultural inmaterial.

“Algunas mujeres continuaron con los conocimientos aprendidos en el taller en algunos embarcaderos, puesto que quedaron capacitadas para desempeñarse en faenas de construcción y reparación de botes artesanales”, cuenta Ruth Simeone.

Fiordos, canales, rutas y pasos hacen de la geografía de Magallanes y de la zona Sur Austral de Chile un verdadero laberinto, donde la navegación juega un papel protagónico en la vida doméstica, administrativa y cultural. En torno a esta realidad geográfica, sus habitantes –desde las poblaciones originarias- han desarrollado conocimientos, destrezas y oficios que les han permitido sobrevivir en medio de sus parajes naturales: una de esas técnicas es la Carpintería de Ribera.

Es un oficio especializado que consiste en la construcción artesanal de embarcaciones de madera, destinadas a actividades pesqueras, de transporte y turísticas, aprendido de forma oral y de la observación, y a través de la práctica. La técnica integra conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo y constituye un legado que incorpora la presencia de saberes de navegación y de conocimiento del entorno en territorio Kawéskar (Puerto Edén) y Yagán (Puerto Williams).

Cecilia, entre las alumnas del curso

Mujeres de Punta Arenas

A pesar del tormentoso oleaje de Magallanes, Cecilia Caro nunca tuvo miedo al mar. Junto a su hermano, sacaban los botes de sus tíos a escondidas para ir mar adentro: recuerda haberse internado en estas aguas junto a su hermano desde que tenía 11 años. Hasta que un día, una de las olas se llevó los remos y no pudieron seguir navegando. Esa travesura les costó un castigo, pero ellos siguieron desafiando a sus tíos. Ahora nuevamente volvió a relacionarse con los botes, las “chalupas” y sus recuerdos de infancia junto a su hermano, gracias al taller Portadores de Tradición de Carpintería de Ribera, impartido por el maestro carpintero, Juan Chiguay.

Perteneciente a la comunidad Kawéskar, y oriunda de Puerto Natales, Cecilia comenta que este curso - impartido en Punta Arenas- le trajo muchos recuerdos porque “en mi infancia yo veía a todos mis tíos, primos, mis padres y a mi abuela haciendo su chalupa. El que más aprendió fue mi hermano menor, quien falleció recientemente. Él aprendió este oficio de la carpintería de ribera, pero yo no alcancé a aprovecharlo. Por eso, este taller me trajo todos esos recuerdos de cuando éramos chicos y salíamos a la playa a escondidas. Mi hermano se convirtió en carpintero de ribera desde los 14 años. Hizo muchas embarcaciones, tuvo un maestro en Puerto Natales y le enseñó mucho. Desde que iba a buscar la madera, seleccionarla, estoparla. Aunque mi hermano no sabía leer ni escribir, vivió de esto. Hubiese estado muy contento de haber sabido que tomé este taller. Siempre me dijo que esto era un arte”.

Navegando

Cecilia Caro habla del curso “Capacitación básica en Carpintería de Ribera para mujeres, asociada a la pesca artesanal” que, con código Sence, fue dictado gracias a una buena práctica de la colaboración intersectorial en Educación Patrimonial.

Cecilia, tan motivada con esta experiencia dice que llegaba 20 minutos antes a las lecciones con el maestro carpintero, de quien asegura que en todo momento fue muy didáctico y respetuoso de los miedos de cada una. “Siempre me decía que si tenía miedo, no lo hiciera. Lo que podríamos aprender en una segunda parte es el enfibrado, hacer los remos, las botavaras, por ejemplo”, comenta Cecilia. Actualmente, Caro junto a una tía tienen un proyecto de construir su propia embarcación, basándose en los conocimientos adquiridos en el taller. 

Como Cecilia muchas otras mujeres participaron en este taller, dirigido exclusivamente a mujeres, de entre 20 y 60 años de edad. La iniciativa, liderada por la Subdirección Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial, a través de  la unidad regional de Patrimonio Inmaterial de la Dirección Regional de Patrimonio, en Magallanes, contó con el apoyo de la empresa Enap y la Subsecretaría de Pesca en Magallanes.

Los talleres Portadores de Tradición

Taller Portadores de Tradición

Enmarcado en la línea de talleres Portadores de Tradición, este curso/taller partía desde cero, con una pequeña introducción al mundo de la materia prima de las embarcaciones y, luego, seguía con la confección de una maqueta a escala.  

La Subdirección del Patrimonio Inmaterial vio un nicho de transmisión interesante, dado que en la zona hay muchas mujeres que podrían aprender el oficio, ya que sus maridos trabajan en la pesca y ellas colaboran en el entablado, reparación, pintura y además manejan el lenguaje asociado al oficio. 

Fueron tres meses de capacitación en pleno invierno. Pese a esto y a las inclemencias climáticas de Punta Arenas, 20 mujeres obtuvieron su certificado. "Relevo esta experiencia regional en términos educativos porque fue sistemática y constante en el tiempo. Si bien es cierto nadie va a aprender Carpintería de Ribera en tres meses, la idea original era darle ciertas herramientas básicas para construir tres embarcaciones. El maestro Chiguay junto a su señora diseñaron un plan de trabajo hasta el momento final de la botadura del barco, cuando las tres embarcaciones construidas por ellas flotaron y navegaron. Algunas mujeres continuaron con estos conocimientos en algunos embarcaderos, puesto que quedaron capacitadas para desempeñarse en faenas de construcción y reparación de botes artesanales. Fue una experiencia exitosa, pero costosa de financiar a la vez”, cuenta la Encargada Regional del Patrimonio Inmaterial en Magallanes, Ruth Simeone.

La veintena de entusiastas mujeres que participaron en el curso realizado en 2022 aprendieron desde lo básico, como la manipulación de la madera, hasta algunos conceptos de navegación. Además, construyeron remos a escala real y aplicaron técnicas de revestimiento en fibra a las piezas realizadas. A su vez, lograron conocer esta práctica patrimonial desde la perspectiva de los cultores que portan los saberes de esta tradición, en este caso del maestro Juan Chiguay.

El maestro Chiguay

El maestro Chigual

Oriundo de Melinka, región de Aysén, el cultor Juan Chiguay proviene de una familia carpintera; tradición que ha pasado de generación en generación. En este sentido, lo que más le preocupa es que se pierda este oficio y, por lo mismo, cada vez que puede intenta compartir sus conocimientos con más personas para que lo valoren y transmitan. “La enseñanza es algo que a mí me deja conforme, porque uno no puede ser egoísta en su vida… uno no puede ir a la tumba con lo que sabe. Entonces, siempre desde joven hay que enseñarle a la gente y a los niños y niñas sobre todo”, explica.

La Escuela 36 de Melinka, donde estudió de niño, estaba rodeada de fiordos. Una sola imagen se le viene a la mente cuando tiene que describir cómo comenzó todo esto: once niños aislados sin poder llegar a la escuela fue el motor que impulsó al reconocido maestro carpintero de ribera Juan Chiguay a dedicarse a las embarcaciones. “Yo estaba como en octavo básico y era mi último año en la isla. Esos niños no tenían cómo cruzar al colegio, sencillamente no tenían medios de transporte. Así que como a los 12 años hice mi primer bote. Ese era un tramo bien cortito que había para llegar al colegio y teníamos que cruzar un fiordo de unos 500 metros por el mar y la única forma de cruzar era en bote”, recuerda Chiguay.

El maestro Chiguay – de 70 años- aplaude la osadía de estas mujeres, el respeto y la admiración con la que reconocen su trayectoria y trabajo. Además de su curiosidad por conocer un oficio asociado tradicionalmente al género masculino, el maestro destaca que muchas de ellas tenían nociones básicas de cómo era una cuaderna, una tabla, “salvo algunas niñas más jóvenes que no sabían mucho, en comparación con las más adultas, pero en general traían conocimientos porque sus parejas, a veces sus padres tienen lanchas artesanales pesqueras, entonces ya algo conocían. Este es un oficio que se aprende en años y se aprende haciendo, yo sigo trabajando en lo mismo y nunca termino de aprender. Algunas mujeres ya me conocían de antes, como pescador, como carpintero y cuando vieron que yo haría el curso se pusieron contentas. En mi entorno, considero que hay un respeto hacia mí y eso es ya un reconocimiento hacia mi rol en la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial presente en la Carpintería de Ribera”.

Desafíos

Grupo de participantes

El curso/taller “Capacitación básica en Carpintería de Ribera para mujeres, asociada a la pesca artesanal” es una iniciativa que se enmarca en el Plan de Salvaguardia de la Carpintería de Ribera en Magallanes, técnica tradicional reconocida por el Estado chileno como Patrimonio Cultural Inmaterial. Dicho plan, contempla diversas medidas que buscan favorecer tanto la trasmisión de estos saberes artesanales específicos, como la promoción de su valoración en la comunidad. En este caso, se espera incorporar y/o visibilizar mujeres en las acciones de salvaguardia asociadas a un oficio tradicionalmente considerado masculino.

En cuanto a los desafíos que se vislumbran para una segunda realización de este taller, las partes participantes observan que hay detalles a atender como, por ejemplo, contar con un espacio más amplio y llevarlo a cabo en otra época del año. Aunque el taller fue exitoso y contó con una asistencia sistemática y completa desde que comenzó, se tuvo que realizar en medio de nevazones.

El maestro, además, anuncia que en una próxima ocasión le gustaría abrir las puertas de su propio taller para recibir a las mujeres. “Sería bueno hacer un taller pero en un galpón adecuado para esto, con buenas herramientas, unos buenos bancos carpinteros, un lugar para tomar un buen café y así empezar desde cero, o sea, comencemos por los orígenes, hablemos para qué sirve un bote y cómo se hace para que llegue a flotar. Mi sueño es que este curso pudiésemos convertirlo en un taller autóctono de la región”, comentó el maestro.

Carpinteras

La Carpintería de Ribera en Magallanes –sus técnicas, materialidades, usos y saberes asociados- está reconocida por el Estado de Chile como Patrimonio Cultural Inmaterial, según lo establecido en el Proceso para la Salvaguardia y en sintonía con los lineamientos y orientaciones emanados de Unesco, en el marco de la implementación de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile.

Galería

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