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Portadores de Tradición: Taller de Cuelcha para escolares de Ninhue

Buenas Prácticas | Experiencia Educativa en Ñuble

Portadores de Tradición: Taller de Cuelcha para escolares de Ninhue

Publicado el 13/03/2025
Taller de Cuelcha para escolares de Ninhue
En el Valle del Itata sobrevive una de las técnicas tradicionales que más valor le entregan a la artesanía originaria de la zona: el trenzado de paja de trigo, también llamado “cuelcha”, insumo para la elaboración de las clásicas chupallas. Los colchanderas y las colchanderos han logrado sustentarse generación tras generación. Sin embargo, y como ocurre en muchas de las tradiciones del #PatrimonioInmaterial, esta práctica presenta diversos problemas que impactan en su viabilidad y sosteniblidad. Uno de ellos es la escasa valorización y transmisión de los saberes y conocimientos hacia los más jóvenes.

Portadores de Tradición” es una línea en la gestión de la Subdirección Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial que genera instancias de valoración  para diversos actores y públicos de los territorios donde se inserta     esta práctica de la artesanía tradicional en Chile y su comunidad legataria. En esta reseña queremos destacar una de sus buenas prácticas en la región de Ñuble.

A casi cinco horas de Santiago, y a más de 450 kilómetros al Sur de la capital chilena, está el Valle del Itata, en la región de Ñuble. Es famoso, turísticamente, por sus viñedos y sus vinos;  se encuentra al poniente  del Valle Central, que fue llamado alguna vez “capital agrícola de Chile”. De tierras fértiles y copiosas aguas, “el Itata” alberga diversas tradiciones campesinas como fiestas costumbristas, pastoreo animal, el trenzado de paja y la producción de la típica chupalla, uno de los íconos que identifican la indumentaria del hombre y la mujer del campo chileno.

De estas costumbres, legadas de forma oral generación tras generación, el Estado ha reconocido la manifestación Técnica de la Cuelcha o Trenzado en Fibra de Trigo en el Secano Interior del Valle del Río Itataen el Registro de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile.      

Tradición y comunidad

La Técnica de la Cuelcha o Trenzado en Fibra de Trigo  está presente en cinco comunas de la región: Ninhue, Trehuaco, Portezuelo, Quirihue y San Nicolás. Las trenzas de paja son elaboradas con variedades de trigo especiales que ya no se cultivan masivamente, al ser consideradas de bajo rendimiento industrial: Oregón, Colorado, Milquinientos, Carrera, Italiano, Milufen, Furfuya y Cebolla.

Aunque existen más artesanos y artesanas que manejan este saber, la comunidad de colchanderas y colchanderos identificada, hasta el momento, se compone de 300 cultoras y cultores aproximadamente, quienes se dedican a crear tejidos con tres y hasta dieciséis hebras, generando distintos tipos de trenzado; y creando e innovando en los últimos años diferentes productos como bolsos, paneras e, incluso, orfebrería.

Rosa y el taller para escolares

Rosa Domínguez

Con más de 50 años de artesana, Rosa Domínguez aprendió a trenzar con solo seis años, a través de su madre; y es tercera generación que mantiene este oficio como tradición familiar. Cuenta que no le gustaba porque se le hacía difícil trenzar, pero que tuvo que aprender este oficio porque era el único sustento familiar. Ella se ha destacado entre las colchanderas por crear objetos utilitarios como estuches y accesorios, introduciendo innovadores formatos.

A través de su hija Marcela Parra, Rosa se enteró que se realizarían talleres de cuelcha dirigidos a escolares de enseñanza básica en Ninhue y se anotó para enseñar: “les teníamos que explicar a los niños en qué comunas se hacía este trabajo, qué se podía hacer con la cuelcha, contarles los procesos. A ellos les gustaba que fuéramos, estaban alegres cuando nos veían llegar, nos iban a saludar y varios tenían muchas ganas de aprender. Había unas niñitas que colchaban mejor que nosotras mismas que les estábamos enseñando. Ellos nos pasaban los pedacitos de cuelcha que tejían, yo les hacía pulseras y aritos a las niñas en mi casa”.

La otra monitora del taller fue Marcela Parra, hija de la colchandera Rosa y del chupallero Ovidio Parra. Recuerda haber pasado su infancia entre chupallas y cuelchas. A pesar de que sus padres no querían que ella se dedicara a colchar, indirectamente llegó al mismo camino. Es Ingeniera comercial de profesión y el año 2021 ganó el Sello de Excelencia a la Artesanía; premio otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Para Marcela, la difusión y valoración que el taller de Portadores de Tradición hace es un avance: “El hecho que se esté enseñando en los colegios ayuda bastante, porque por ejemplo pasa mucho que tus padres te van a decir que colchar es una práctica que no te da dinero y te lo puedo decir por experiencia propia, porque ni mi papá ni mi mamá querían que me dedicara a la artesanía, porque saben lo sacrificado y difícil que es que la gente lo valore. En el colegio tú puedes mostrarles a los niños que no te vas a hacer millonaria, pero es importante no perder esta práctica porque es parte de tu identidad. Que cuando yo diga Ninhue, aparte de Arturo Prat, la gente piense en chupallas y colchanderas”.

Los Talleres de Trenzado en Fibra de Trigo que realizó Rosa Domíguez, se ejecutaron entre los años 2022 y 2023 en la Escuela Glorias Navales de Ninhue. En ellos participaron 23 niños y niñas de Cuarto Básico, quienes asistieron a 7 sesiones de una hora y media.

Rosa cuenta que su hija les ayudó a planificar el taller, ordenando las materias por sesión. “Por lo menos yo no tengo tanta educación, tengo hasta Octavo Básico no más, a uno le cuesta explicarles a los niños. Entonces ella nos ayudaba a ordenarnos y a planificar. Uno tiene que enseñarle a la juventud porque se está perdiendo esta tradición. Mientras hacíamos el taller, nos encontramos con la sorpresa que algunas niñitas ya sabían trenzar, pues sus abuelitas les habían enseñado. Creo que hemos logrado que los niños conozcan y aprendan la cuelcha, incluso hubo dos niñitas que cuando les preguntamos qué querían ser cuando grandes, ellas decían que querían ser colchanderas”, cuenta la cultura tallerista.

Las cultoras enseñaron a niños y niñas de las comunas donde se da esta práctica la importancia, y el valor patrimonial de esta tradición, y los ayudaron a conocer la comunidad de colchanderas y colchanderos. Además, las talleristas se encargaron de entregar la información de cómo preparar la tierra, la siembra, el corte del trigo y el proceso de “despitonado” (limpieza final de la paja).

En la segunda mitad de cada sesión, se hizo una clase práctica, para enseñar todo lo relacionado a la paja de trigo que las mismas cultoras llevaron al aula. “La clase siempre tenía dos partes: en la última sección se colchaba. Teníamos dos objetivos: que los niños aprendieran a colchar y que pudiéramos tener una pequeña cuelcha o trazos de ésta para rellenar un dibujo de una chupalla. En eso consistía la evaluación final, que se hacía en una hoja de block”, cuenta Marcela Parra.

Desafíos

grupo cuelcha

Patricia Izquierdo, Encargada Regional de Patrimonio Cultural Inmaterial cuenta que, en general, los talleres de Portadores de Tradición son realizados por cultoras y cultores que no necesariamente se han enfrentado a un grupo: “ellas también están aprendiendo a enseñar y se van encontrando con diversas situaciones en aula. Para eso tienen el apoyo pedagógico de otra profesora en la sala. En el caso de los talleres de trenzado no hicimos una capacitación de cómo enfrentar un curso o cómo desarrollar una metodología de aprendizaje, sino que les dimos etapas para hacer el taller, entendiendo que no son educadoras y respetando a su vez los mismos métodos      con los que ellas aprendieron.                    ”.

Izquierdo señala como desafío que los colegios puedan contar con este taller de forma permanente, sin depender del financiamiento del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y que el desarrollo de los mismos sea parte de la gestión local.

En tanto, Marcela Parra plantea como desafío ampliar el taller a más experiencias dentro del año y que no se limite solo a siete sesiones. A ella se le ocurren varias ideas para impulsar aún más la práctica de las colchanderas y difundir los objetos que emanan de las cuelchas. Sin embargo, la también ingeniera comercial apunta a otro oficio relacionado: “Nadie habla de los chupalleros, quienes han tenido que soportar esta baja considerable en sus ventas. En Ninhue son 15 los chupalleros activos, hay una mujer también. Hay que ayudar a difundir esa práctica y partir por hacer un taller de chupalleros que enseñen a usar la máquina de coser, que ya casi no se fabrica. Si pudiéramos conquistar a algún joven, ya sería un aporte para que también se transmita esta tradición y que además lo vea como una oportunidad de negocio”, dice Parra, quien –además de ser la hija de la cultora Rosa Domínguez- tiene a su cargo el área de cultura y turismo  de la  Municipalidad      de Ninhue y el Museo Vivo Artenin, donde se expone la cuelcha, distintas variedades de chupallas y otras artesanías     locales.  

Los talleres que se realizaron para difundir esta práctica se llevan a cabo en las comunas de Ninhue y Trehuaco, y es parte del Plan de Salvaguardia que tienen algunas comunidades que están en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial. En el caso de la comuna de Trehuaco, esta iniciativa se viene realizando desde el año 2019, en la Escuela República de Paraguay.        

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